4. Sacramentos y ritos

Introducción
Ciertos ritos de adoración son llamados "sacramentos" por la mayoría de los cristianos: estos ritos son diferentes, ya que tienen una dimensión sagrada y producen un efecto en su receptor, cuya fuente es Dios. Existen dos sacramentos comunes a todos los cristianos - la Eucaristía y el Bautismo (con algunas diferencias sin embargo). Los otros varían.
Fuente 1

Los siete sacramentos

Un retablo, (del latín retro tabula altaris "detrás del altar") es una construcción detrás del altar que lleva una decoración esculpida o pintada. Aquí puede verse un tríptico (un conjunto que consta de tres paneles) que representa los siete sacramentos. En el centro, la Eucaristía, representada detrás de la Crucifixión, que permite vincular lo que el sacramento conmemora con la liturgia eucarística, que tiene lugar en el altar delante del retablo. A la derecha, se puede ver el Bautismo, la Confirmación o Crismación y la Penitencia. A la izquierda, la Orden sacerdotal, el Matrimonio y la Unción de los enfermos o Extremaunción.

Colección del Royal Museum of Fine Arts. Amberes (Bélgica).
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Imagen bajo el URL: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Seven_Sacraments_Rogier.jpg
(08/12/2014)

Fuente 2

El Catecismo de la Iglesia Católica

El Catecismo de la Iglesia Católica es un texto escrito con el fin de resumir la doctrina de la propia Iglesia Católica. Fue escrito a petición de Juan Pablo II (1978-2005) con el fin de tener en cuenta las decisiones del Concilio Vaticano II (véase el Módulo cristianismo, página 9). Su redacción se llevó a cabo entre 1987 y 1992 por un comité encabezado por el teólogo Christoph Schönborn, supervisado por una comisión presidida por Joseph Ratzinger, el que después sería Benedicto XVI (2005-2013).

1113 Toda la vida litúrgica de la Iglesia gira en torno al Sacrificio Eucarístico y los sacramentos (cf SC 6). Hay en la Iglesia siete sacramentos: Bautismo, Confirmación o Crismación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio [...].
1115 Las palabras y las acciones de Jesús durante su vida oculta y su ministerio público eran ya salvíficas. Anticipaban la fuerza de su misterio pascual. Anunciaban y preparaban aquello que Él daría a la Iglesia cuando todo tuviese su cumplimiento. Los misterios de la vida de Cristo son los fundamentos de lo que en adelante, por los ministros de su Iglesia, Cristo dispensa en los sacramentos, porque "lo [...] que era visible en nuestro Salvador ha pasado a sus misterios" (San León Magno, Sermo 74, 2). 1116 Los sacramentos, como "fuerzas que brotan" del Cuerpo de Cristo (cf Lc 5,17; 6,19; 8,46) siempre vivo y vivificante, y como acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son "las obras maestras de Dios" en la nueva y eterna Alianza. [...].
1118 Los sacramentos son "de la Iglesia" en el doble sentido de que existen "por ella" y "para ella". Existen "por la Iglesia" porque ella es el sacramento de la acción de Cristo que actúa en ella gracias a la misión del Espíritu Santo. Y existen "para la Iglesia", porque ellos son "sacramentos [...] que constituyen la Iglesia" (San Agustín, De civitate Dei 22, 17; Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q.64, a. 2 ad 3), ya que manifiestan y comunican a los hombres, sobre todo en la Eucaristía, el misterio de la Cocmunión del Dios Amor, uno en tres Personas.
1119 Formando con Cristo-Cabeza "como una única [...] persona mística" (Pío XII, enc. Mystici Corporis), la Iglesia actúa en los sacramentos como "comunidad sacerdotal" "orgánicamente estructurada" (LG 11): gracias al Bautismo y la Confirmación, el pueblo sacerdotal se hace apto para celebrar la liturgia; por otra parte, algunos fieles "que han recibido el sacramento del Orden están instituidos en nombre de Cristo para ser los pastores de la Iglesia con la palabra y la gracia de Dios" (LG 11).
1120 El ministerio ordenado o sacerdocio ministerial (LG 10) está al servicio del sacerdocio bautismal. Garantiza que, en los sacramentos, sea Cristo quien actúa por el Espíritu Santo en favor de la Iglesia. La misión de salvación confiada por el Padre a su Hijo encarnado es confiada a los Apóstoles y por ellos a sus sucesores: reciben el Espíritu de Jesús para actuar en su nombre y en su persona (cf Jn 20,21-23; Lc 24,47; Mt 28,18-20). Así, el ministro ordenado es el vínculo sacramental que une la acción litúrgica a lo que dijeron y realizaron los Apóstoles, y por ellos a lo que dijo y realizó Cristo, fuente y fundamento de los sacramentos.[...].
1121 Los tres sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y del Orden sacerdotal confieren, además de la gracia, un carácter sacramental o "sello" por el cual el cristiano participa del sacerdocio de Cristo y forma parte de la Iglesia según estados y funciones diversos. Esta configuración con Cristo y con la Iglesia, realizada por el Espíritu, es indeleble (Concilio de Trento: DS 1609); permanece para siempre en el cristiano como disposición positiva para la gracia, como promesa y garantía de la protección divina y como vocación al culto divino y al servicio de la Iglesia. Por tanto, estos sacramentos no pueden ser reiterados. [...].
1123 "Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios, pero, como signos, también tienen un fin instructivo. No sólo suponen la fe, también la fortalecen, la alimentan y la expresan con palabras y acciones; por se llaman sacramentos de la fe" (SC 59).[...].
1127 Celebrados dignamente en la fe, los sacramentos confieren la gracia que significan (cf Concilio de Trento: DS 1605 y 1606). Son eficaces porque en ellos actúa Cristo mismo; Él es quien bautiza, Él quien actúa en sus sacramentos con el fin de comunicar la gracia que el sacramento significa. El Padre escucha siempre la oración de la Iglesia de su Hijo que, en la epíclesis de cada sacramento, expresa su fe en el poder del Espíritu. Como el fuego transforma en sí todo lo que toca, así el Espíritu Santo transforma en vida divina lo que se somete a su poder.[...].
1129 La Iglesia afirma que para los creyentes los sacramentos de la Nueva Alianza son necesarios para la salvación (cf Concilio de Trento: DS 1604). La "gracia sacramental" es la gracia del Espíritu Santo dada por Cristo y propia de cada sacramento. El Espíritu cura y transforma a los que lo reciben conformándolos con el Hijo de Dios. El fruto de la vida sacramental consiste en que el Espíritu de adopción deifica (cf 2 P 1,4) a los fieles uniéndolos vitalmente al Hijo único, el Salvador.
1130 ...] Santo Tomás resume así las diferentes dimensiones del signo sacramental: «Unde sacramentum est signum rememorativum eius quod praecessit, scilicet passionis Christi; et desmonstrativum eius quod in nobis efficitur per Christi passionem, scilicet gratiae; et prognosticum, id est, praenuntiativum futurae gloriae» («Por eso el sacramento es un signo que rememora lo que sucedió, es decir, la pasión de Cristo; es un signo que demuestra lo que se realiza en nosotros en virtud de la pasión de Cristo, es decir, la gracia; y es un signo que anticipa, es decir, que preanuncia la gloria venidera») (Summa theologiae 3, q. 60, a. 3, c.) Resumen 1131 Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas.

Catecismo de la Iglesia Católica, parte 2, sección 1, capítulo 1.
Obtenido de: http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s1c1a2_sp.html (23/01/2016)